Actualmente somos más conscientes sobre la importancia que tiene la alimentación no sólo para mantener y mejorar nuestra salud, sino para potenciar nuestra belleza. Estamos en la era del colágeno, del ácido hialurónico y de los antioxidantes. Todo con el objetivo de ralentizar el envejecimiento, porque ahora no solo queremos vivir más, sino también mejor. Para ello entran en juego los complementos nutricionales, en especial, los nutricosméticos.
El término complemento nutricional, como la propia palabra indica, complementa una dieta normal y equilibrada, pero no la sustituye, estos son básicamente fuentes concentradas de nutrientes y otras sustancias que pueden tener una función nutricional como las vitaminas o un efecto fisiológico como la fibra en la regulación del tránsito intestinal. Un nutricosmético es un complemento nutricional pero enfocado a embellecernos satisfaciendo las necesidades de cuidado y belleza de nuestra piel, pelo y uñas.
Dentro de los complementos encontramos micronutrientes (vitaminas y minerales) y macronutrientes (aminoácidos y proteínas, carbohidratos, ácidos grasos, etc.) normalmente provenientes de extractos de algas, hongos y de hojas, raíces, semillas, flores y frutos de plantas, aunque, también existen complementos derivados de origen animal o incluso sintéticos.
Los nutricosméticos son complementos alimenticios, pero no todos los complementos alimenticios son nutricosméticos, pues existen complementos nutricionales para mejorar la salud cardiovascular, digestiva, articular, etc.
Origen de los nutricosméticos
Para hablar de nutricosmética primero tendríamos que hablar de los nutracéuticos, descrito por el Dr. Stephen de Felice y que se refiere a compuestos bioactivos presentes dentro de un alimento o en una parte de él y que, tomados en una dosis superior a los presentes en ese alimento, mejoran nuestra salud y pueden prevenir y/o tratar ciertas enfermedades como, por ejemplo, los productos para disminuir el colesterol (fitosterol).
No existe una clara definición de lo que son los nutricosméticos, estos surgen como un subtipo de nutracéutico, pero englobados dentro de los complementos alimentarios y especialmente enfocados a potenciar la belleza (aunque muchos de ellos pueden tener también un efecto sistémico, es decir, en el resto del cuerpo). Son siempre de consumo oral y pueden presentarse en distintos formatos: tabletas, cápsulas, líquidos, polvos, etc. Podemos encontrarlos como un ingrediente único como el ácido hialurónico, la vitamina C o el Selenio o como mezcla de varios ingredientes que juntos hacen sinergia y potencian su efecto como por ejemplo un multivitamínico o un cóctel de antioxidantes.
Aunque no existe una regulación oficial sobre nutricosméticos estos, en general, suelen seguir las misma regulaciones de los complementos y por tanto han de cumplir ciertos criterios como: seguridad, control de toxicidad y estabilidad.
Nutricosmética y Marketing
Europa y Asia son los mercados con mayor consumo de estos productos, esto es debido a una mayor conciencia para llevar un estilo de vida saludable. Estos mercandos exigen cuidados más naturales y menos agresivos o invasivos.
Un informe publicado recientemente confirma un crecimiento del sector en el mercado y para 2027 se estima que triplique su valor con respecto a las cifras obtenidas en 2018.
Normalmente el reclamo de marketing (beauty claims) de un nutricosmético es su capacidad para ralentizar el envejecimiento y mejorar nuestro aspecto físico: previniendo arrugas y daños solares, atenuando la caída del cabello, fortaleciendo las uñas, etc. Sin embargo, en Europa, en un nutricosmético nunca lo leerás de forma explícita.
Al entrar dentro de la categoría de complemento alimenticio, este debe cumplir las mismos reglamentos relacionados con declaraciones sobre las propiedades saludables de los alimentos y sus condiciones. Dicho de otro modo:
- Un producto enfocado en prevenir arrugas que contenga varios ingredientes, tendrá vitamina C porque sobre ella sí se puede declarar que tiene un efecto sobre la formación normal de colágeno y que protege frente al daño solar.
- Un producto para fortalecer la uñas llevará zinc porque sobre éste se puede declarar que contribuye al mantenimiento de las uñas en condiciones normales.
- Un protector solar oral puede contener cobre porque se puede declarar que éste contribuye a la pigmentación normal de la piel.
- Un producto para la caída de cabello que lleve biotina puede declarar que ésta contribuye al mantenimiento del cabello en condiciones normales.
Sin embargo, existen muchos ingredientes que pueden encontrarse dentro de un nutricosmético y de los cuales, aunque exista alguna evidencia científica sobre su eficacia, a día de hoy, no se puede declarar nada aunque su consumo si que esté aprobado, tal es el caso del resveratrol.
Pero como dice el refrán: hecha la ley, hecha la trampa. Es por ello que es bastante frecuente encontrar productos con ciertos ingredientes como reclamos publicitario, que dicen actuar sobre algún problema concreto, pero si nos fijamos en la letra pequeña encontraremos que de los que realmente se pueden establecer dichas declaraciones suelen ser de las vitaminas y minerales que contienen, y ojo, que muchas veces no tienen que estar en altas concentraciones, con que alcancen un 15 % ya la ley permite dichas declaraciones.
¿Funcionan los nutricosméticos?
Depende, para decir que un determinado producto funciona tiene que tener estudios clínicos que los respalden, pero muchos complementos nutricionales no tienen estudios clínicos. Siempre deberíamos investigar y tomar nutricosméticos con ingredientes con suficiente evidencia científica y con efectividad contrastada.
La European Food Safety Authority (EFSA) ha autorizado para muchas sustancias diversas declaraciones nutricionales y saludables al estar dichas sustancias suficientemente caracterizadas y presentar una relación causa y efecto demostrada por estudios científicos, lo que confirma que los beneficios que aportan son reales. Aquí encontraréis todas las declaraciones aprobadas y sus condiciones de uso así como las denegadas y sus motivos.
Ahora bien, si el complemento que voy a tomar está dentro de esa lista, ¿en qué debería fijarme al momento de comprarlo?
- Dosis: es la cantidad mínima para que nos produzca un efecto o nos aporte algún beneficio.
- Biodisponibilidad: es la velocidad y el grado en el que un compuesto activo pasa al torrente sanguíneo y llega a su diana o lugar de acción. Esta biodisponibilidad depende de la composición del producto y de la interacción entre los propios ingredientes que pueden facilitar o dificultar la absorción, además también depende de la forma (capsulas,comprimidos, viales bebibles), y de las propiedades fisicoquímicas de los principios activos (pureza, estabilidad, tipo de sal, etc).
Por ejemplo, en el caso del zinc, una de sus alegaciones nutricionales permitidas es que “contribuye al mantenimiento del cabello, uñas y piel en condiciones normales”.
- Dosis: la dosis diaria recomendada es de 10 mg con esta cantidad cubriríamos el 100% de nuestros requerimientos diarios (estos valores varían durante la gestación, la lactancia y la niñez). Siendo su nivel máximo de ingesta, sin que se observe ningún efecto adverso, de 25 mg
- Biodisponibilidad: la forma en que tomemos el zinc influye en su absorción y por tanto en su efectividad. El zinc al igual que otros minerales, no se toma puro, necesita unirse a otro elemento. Podemos tomarlo quelado (bisglicinato de zinc) o no quelado (óxido de zinc o sulfato de zinc). La absorción del zinc quelado es mayor y más rápida porque no ocurren interacciones del mineral con otras sustancias y pasa desde el intestino delgado directamente al plasma sanguíneo gracias a la rápida absorción facilitada por el aminoácido glicina, luego en el tejido diana el mineral se disocia del aminoácido. Sin embargo con los zinc no quelados pueden ocurrir disociaciones (por la acidez del estómago) y entonces el mineral suelto puede interactuar con sustancias presentes allí como las fibras o los fitatos que dificulten su absorción.
Es por esto que es muy importante estar informado o recurrir a personal cualificado para que nos orienten y asesoren de forma correcta, de esta manera podremos garantizar los resultados al tomar un nutricosmético.
Por cierto, si un producto dice que tiene 200 mg de Sulfato de zinc, no os asustéis, los 10 mg son de zinc elemental (puro).
¿Qué pasa con aquellos productos que no tienen declaraciones aprobadas por EFSA como el colágeno o el ácido hialurónico?
Podemos consumirlo porque su uso está aprobado al considerarse seguro, sin embargo de su efectividad, por ejemplo como antiarrugas siguen los debates. Este tema merece su propio post.
¿En qué otras cosas debería fijarme al comprar un nutricosmético?
Para empezar ningún nutricosmético puede señalar que, con una alimentación balanceada y variada, no podamos obtener los mismos nutrientes (específicamente de vitaminas y minerales) en una cantidad apropiada.
En cuanto al etiquetado de un producto, lo que deberíamos encontrar son los ingredientes que lo componen, su naturaleza, su concentración, posibles ingredientes alérgenos o que causen intolerancias, así como los valores de referencia en el caso de vitaminas y minerales expresado en porcentaje.
El producto también debe indicarnos la dosis máxima permitida de ingesta diaria y una advertencia para no superarla nunca, la caducidad y las condiciones de almacenado, haciendo himcapie en que deben estar fuera del alcance de los niños ¿sabías que existen complementos en formato gominola? Nada más atractivo para un niño.
¿Son peligrosos los nutricosméticos?
En principio son seguros, pero siempre que su consumo se realice de forma responsable. Bien lo dijo Parcelso: “Todas las sustancias son venenos, no existe ninguna que no lo sea. La dosis diferencia un veneno de un remedio”. Además de no exceder la dosis recomendada, también debes saber que existen muchos complementos que contienen ingredientes que pueden interactuar con ciertos medicamentos, por lo cual siempre debes consultar con tu médico, en especial si sufres de alguna patología (diabetes, hipertensión, problemas de tiroides o de coagulación), antes de empezar a tomarlos. También debes informar a tu farmaceuta o asesor de fitoterapia de cualquier condición médica importante.
La Agencia Española de seguridad alimentaria y nutrición en su web tiene un decálogo con recomendaciones para un consumo responsable de complementos alimenticios.
Siempre compra en tu farmacia, herbolario o webs de confianza, no compres productos sobre los cuales no conozcas la procedencia del mismo o no tengan registro sanitario, en este sector también existe la piratería. No combines complementos sin consultar antes, nunca sustituyas tu medicación y una alimentación saludable por ningún complemento, informa del consumo antes de una cirugía y recuerda que excederte en la ingesta, por muy natural que sea, puede tener efectos no deseados.
Y yo ¿qué tomo?
Pues ahora mismo estoy tomando un complemento de Laboratorios Solgar para la piel, el pelo y las uñas a base de vitamina C, zinc y cobre que además lleva otros ingredientes como aminoácidos y el MSM. Es un producto que me ha funcionado muy bien en las uñas, ahora son menos quebradizas y en cuanto al cabello lo noto menos propenso a caerse. Me gustan los resultados y por eso repito tomando un bote al año.
Yo lo compro directamente al laboratorio a través de su tienda en amazon. Si te interesa puedes comprarlo aquí
Además tomo 1000 mg de vitamina C de Laboratorios Lamberts, no sólo por belleza (contribuye a la formación normal de colágeno) sino por sus efectos sobre el sistema inmune. Es una vitamina de liberación sostenida, es decir, es liberada lentamente en un periodo de 6 horas, lo que permite que vaya siendo absorbida y utilizada poco a poco, evitando la saturación en plasma y que por tanto el exceso se excrete vía renal.
La vitamina C me aporta energía, me ayuda a mantener mi sistema inmune fuerte, yo he notado que me acatarro bastante menos y además es un potente antioxidante. Yo lo compré en unos de mis herbolarios de confianza, aunque también podemos encontrar productos de Lamberts distribuidos por amazon.
También he probado la vitamina C de Solaray que es de 1000 mg y de acción retardada como la de Lamberts. Este formato es más pequeño (100 tabletas) y además trae acerola y escaramujo. Cualquiera de las dos opciones me parecen excelentes productos.
Normalmente tomo 1 comprimido de vitamina C por las mañanas con el desayuno y 1 comprimido de Skin, Nail and Hair a medio día con la comida.
Como advertencia, deciros que son de tamaño bastante grande así que tenedlo en cuenta. En el caso de la vitamina C se desaconseja partirla porque es un comprimido recubierto y perdería su función de liberación lenta, sin embargo la de Skin, Nail and Hair podemos dividirla en dos para facilitar su deglución.
Actualización: Estoy probando esta vitamina C en formato bebible, aunque soy más de pastillas me parece una excelente opción para personas que no pueden con esas tabletas tan grandes. Es vitamina C liposomada sabor naranja (a mi me recuerda al sabor de la Emulsión de Scott, un aceite de hígado de bacalao que me daban de niña y que tenía el mismo saborizante). Que sea liposomada significa que el ácido ascórbico está encapsulado con lo cual se consigue que esté mas biodisponible en sangre tanto en tiempo como en concentración (estudio, estudio) . Viene en caja de 20. La podéis conseguir aquí.
De más está decir que si un producto nos ofrece maravillas, dudemos y mucho. Con la nutricosmética no viviremos como Benjamin Button, esas arrugas bien marcadas por el tiempo, por esos días de playa asándonos como un churrasco o por esa flojera a desmaquillarnos al ir a la cama no se irán. Es un aliado preventivo, no un capitán a posteriori. ¿Vosotros tomáis algún nutricosmético?
Bibliografía consultada
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